Dios nos quiere felices, y punto! El problema está en cómo lograrlo.
Cada ser humano tiene un camino por delante.
Y es su responsabilidad poder hacerlo de la mejor manera.
Este camino se llama vocación.
Si están leyendo esto es porque probablemente la suya es el matrimonio.
A mí me apasiona el matrimonio.
Soy sacerdote, pero admiro a los casados: de ellos aprendo mucho cada día.
En mis años de ministerio puedo decir que he entrado en contacto con cientos de parejas.
Y de cada encuentro guardo una lección.
Esto me ha llevado a la convicción de que el matrimonio es una vocación llena de amor, de entrega, de ilusión y de esperanza.
Un camino que no está exento de dificultades; porque la vida tampoco lo está.
Lo que importa es saber que vencerlas vale la pena, pues detrás de cada una de ellas hay una promesa de plenitud y crecimiento.
No obstante, la lucha es tan fuerte que se necesita de una estrategia, de un camino a seguir.
En este libro van a encontrar un mapa que les ayudará a conseguirlo.
Casados | De ellos aprendo mucho cada dia |
---|