Una nueva edici n de Don Quijote de la Mancha, obra maestra del mundo de la literatura internacional, de la mano de Francisco Rico, fil logo e historiador espa ol.
Incluye material adicional, bibliograf as, textos acad micos y referencias.
En la poca en que vio la luz, el Quijote estuvo lejos de gozar la veneraci n que hoy le tributamos.
La popularidad del libro fue inmediata e inmensa, pero no parece que debiera gran cosa a las sutiles, matizadas virtudes que subrayan los cr ticos modernos.
Una risa loca, una risa a mand bula batiente, fue el principal homenaje que rindi a Cervantes la Espa a de Felipe III.
Llamaban la atenci n los rasgos estrafalarios: la pinta del pobre hidalgo, los momentos m s toscos del escudero, la flaqueza hiperb lica de Rocinante.
El nfasis en las dimensiones c micas y en la comprensi n de la obra como invectiva contra los libros de caballer as no significa que el siglo XVII no le apreciara otros atractivos, apareciendo el protagonista no nicamente como un tipo delirante y divertido, sino que en su misma locura encontr rasgos positivos, ejemplares.
El Quijote no es uno de esos libros compuestos unitariamente en un golpe de inspiraci n y luego revisados en una o varias etapas de labor minuciosa hasta ajustar impecablemente cada detalle al conjunto.
Es un libro vivo, que se hace continuamente, que a cada paso crece y va a m s.
--Del pr logo de Francisco Rico About the Author Miguel de Cervantes (1547-1616) ejerci las m s variadas profesiones antes de dedicarse plenamente a la literatura.
Entr en Roma al servicio del cardenal Acquaviva, fue soldado en la batalla de Lepanto (1571), estuvo cinco a os cautivo en Argel y ejerci como comisario real de abastos para la Armada Invencible.
Tales oficios le reportaron una experiencia humana que supo plasmar magistralmente en todas sus obras.
En el campo teatral cultiv la tragedia, la tragicomedia, la comedia y el entrem s.
De su producci n po tica cabe destacar Viaje del Parnaso (1614), un verdadero.
Estrafalarios | La pinta del pobre hidalgo los momentos m s toscos del escudero la flaqueza hiperb lica de |
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