Una edici n conmemorativa de El amor en los tiempos del c lera, un gran cl sico de Gabriel Garc a M rquez y una novela imprescindible de la literatura contempor nea.
Tras la espectacular edici n conmemorativa de Cien a os de soledad, la artista chilena Luisa Rivera vuelve a rendir homenaje a Garc a M rquez con una serie de ilustraciones in ditas que recrean el extraordinario universo del autor.
Era inevitable: el olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.
As empieza una de las historias de amor m s maravillosas de la literatura universal.
Un amor no correspondido durante medio siglo con un pueblecito portuario del Caribe como escenario.
El Nobel colombiano nos presenta la m gica relaci n entre Fermina Daza y Florentino Ariza como una mezcla tropical de plantas y arcilla que el maestro moldea y con las que fantasea a su placer entre los territorios del mito y la leyenda.
Los jugos, olores y sabores del tr pico alimentan una prosa nica y original que se ha ganado el favor de millones de lectores en todo el mundo.
About the Author Gabriel Garc a M rquez, nacido en Colombia, es una de las figuras m s importantes e influyentes de la literatura universal.
Ganador del Premio Nobel de Literatura, fue adem s cuentista, ensayista, cr tico cinematogr fico, autor de guiones y, sobre todo, intelectual comprometido con los grandes problemas de nuestro tiempo, especialmente con los que afectaban a su amada Colombia y a Hispanoam rica en general.
M xima figura del realismo m gico, fue en definitiva el hacedor de uno de los mundos narrativos m s densos de significados que ha dado la lengua espa ola en el siglo xx.
Entre sus obras m s importantes se encuentran las novelas Cien a os de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, Cr nica de una muerte anunciada, La mala hora, El general en su laberinto, El amor en los tiempos del c lera, Memoria de mis putas tristes, el libro de relatos Doce cuentos peregrinos, la primera parte de su au.
Inevitable | El olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados |
---|