Si se me acerca-me dijo Nicky con voz torturada-, lo mato.
-Podr as hacerlo-le dije-.
Podr as cortarme en mil pedazos y arrojarlos a la calle, pero eso no cambiar a lo que siento por ti.
A veces se re an de l, otras lo amenazaban.
Pero un d a ocurri el milagro.
Varios l deres de pandillas se arrodillaron en el pavimento.
pidiendo ayuda.
David Wilkerson narra con maestr a la conmovedora y ver dica historia de su misi n entre los drogadictos y perdidos en los pecados m s horribles.
El autor pas horas amargas en la ciudad de Nueva York, hablando de regeneraci n y rehabilitaci n a pandilleros endurecidos y llenos de los vicios m s viles.
Cuando comienza a leer La Cruz y el Pu al no lo podr poner a un lado.
Vivir junto a los personajes momentos de temor, angustia, dolor y emoci n.
Que lo llevaran de la tragedia a la alegr a, de las l grimas a la sonrisa con los hechos aut nticos que aqu se relatan.