Description La gran paradoja de la actual crisis econ mica -que debiera en realidad adjetivarse financiera- es que los hombres no pueden adquirir los bienes que efectivamente han producido.
En otras palabras, podr amos decir que nos encontramos en una situaci n de pobreza en medio de la superproducci n.
Si consiguiera anclarse firmemente esta idea en los cerebros de las gentes, se habr a dado el paso decisivo en el camino de la soluci n del problema.
Ser a, en verdad, el primer paso, el paso esencial, el demostrativo de que toda la llamada ciencia econ mica no es m s que el f rrago pretencioso y vacuo de un enjambre de payasos, llamados economistas, subvencionados las m s de las veces -directa o indirectamente, a sabiendas o, m s a menudo, sin saberlo -por los beneficiarios de la demencial situaci n que padece el mundo.
En el mundo civilizado hay suficientes primeras materias, trabajo, maquinaria, mano de obra especializada, conocimientos cient ficos y tecnol gicos y, en general, riqueza suficiente para alimentar -m s a n sobrealimentar- a sus habitantes.
No obstante, en ese mundo civilizado se producen, regularmente, c clicamente, crisis econ micas, paro obrero y su corolario: el hambre.
La ciencia econ mica ortodoxa explica este fen meno de los ciclos de prosperidad y crisis habl ndonos de prosperidad ficticia y de exceso de producci n, y llega a la ins lita conclusi n de que es l gico y natural que las gentes se mueran de hambre y miseria al lado de stocks desbordantes.
Particularmente he llegado a la conclusi n, de que la llamada ciencia econ mica moderna representa un fen meno similar al de la pintura que los barbudos intelectuales hippies llaman ultramoderna y los arque logos antiqu sima.
Es decir, que es un gigantesco bluff que casi nadie osa denunciar por temor a pasar por indocumentado, retr grado, etc.
, ante la masa conformista reverenciadora de las ideas establecidas.
Por que, d gase lo que se quiera, no es natural -luego no es posible- que la gente.
Corolario | El hambre |
---|