La ciudad de Jerusal n bull a de emoci n.
Vendr Yeshua a Jerusal n para la Fiesta?, preguntaba la gente.
Sab an que a los l deres religiosos del templo no les gustaba el maestro de Galilea.
No solo ense aba en contra de sus reglas y tradiciones hechas por el hombre, sino que muchos cre an que era el Mes as prometido, el Salvador del pueblo de Israel.
Los l deres religiosos estaban preocupados.
Este hombre se ha vuelto demasiado popular.
La gente cree en lo que dice.
Debemos deshacernos .