La tesis de este libro podr a resumirse en la frase siguiente: no es posible formar sin transformar.
Ahora bien, los seres humanos no soportan las transformaciones a cualquier precio.
De ah que necesiten lugares de asilo (f sicos y simb licos).
Unas transformaciones excesivamente aceleradas y violentas suelen abrir peligrosos mbitos deformativos.
Por esta raz n no hay formaci n sin transformaci n, pero un exceso de transformaci n deforma.
La filosof a que aqu se presenta es una filosof a antropol gica que, frente a la voluntad de sistema de los grandes edificios metaf sicos, reivindica la escena narrativa, una escena fragmentaria y ensay stica.
Esta filosof a antropol gica es netamente pedag gica porque considera que su tarea fundamental es ense ar (y aprender) a vivir y a morir.
Y para ello los seres humanos no disponen de verdades firmes y seguras, lo que no significa que anden a la intemperie.
Aprender a vivir y a morir es saber mantener un inestable equilibrio en un universo de transformaciones inacabables.
Por eso, hombres y mujeres necesitan puntos de apoyo, que siempre ser n d biles e inciertos, ambiguos y ambivalentes.
En estos ensayos se reflexiona sobre uno, el que el autor considera m s importante, la tica.
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